En Internet apareció un artículo de prensa titulado, “Tesoros de la cultura Guane en el Museo Arqueológico”. Hace referencia a que, “Desde hace 40 años reposa en el Museo esta momia de la tribu indígena encontrada en la ribera del río Chicamocha”. Destaca que la riqueza de la cultura indígena de los Guane motivó al sacerdote, Isaías Ardila Díaz, crear un sitio en donde se fuera coleccionando todo aquello que hiciera parte de esta tribu de “guerreros”. La periodista Nelly Vecino Pico contradice lo afirmado por muchos antropólogos e historiadores quienes luego de estudios especializados argumentan que la guerra no le pereció. “Los Guane no fueron guerreros, simplemente se defendían de las agresiones de que eran víctimas, por ejemplo de los yariguies y de los españoles. Para el Guane la guerra nunca fue una forma de vida ni de expansión de su territorio o consecución de alimentos... Un guerrero es una persona o grupo de ellas que habitualmente involucrada en la guerra…Bolívar si fue un guerrero, vivió de la guerra y para la guerra contra los españoles…” Posiblemente la comunicadora estuvo viendo la estatua del parque principal de Floridablanca, con las que las autoridades locales corrompen la historia santandereana. “Los Guane fundamentalmente eran agricultores, tejedores, ceramistas. De eso Vivian. A pesar tenían otros oficios entre esos, acciones en defensa d su heredad, nunca fueron guerreros, por eso terminaron esclavizados en un lapso relativamente corto dentro de la historia”.
La antropóloga de la Universidad de los Andes de Bogotá, Aydee Riveros, afirma sobre las supuestas guerras Guane: “Al contrario de lo que piensan la mayor parte de los Santandereanos, no en todas las regiones hubo “batallas épicas” en defensa de la heredad Guane. No en todos los casos le fue necesario a los invasores españoles hacer uso de la fuerza, ni hallaron en los nativos disposición a la guerra o la defensa violenta de sus tierras. Algunos cacicazgos, como Chanchón, Charalá, Macaregua, Guanentá, Butaregua, opusieron resistencia y defendieron su heredad con ardentía y derroche de coraje, pero otros como Poima, pactaron fácilmente y de inmediato permitieron la instalación de los conquistadores españoles en sus tierras. No solo admitieron la expoliación de sus tierras y bienes en general, la cuestión fue mucho más allá, les dejaron utilizar su organización interna y que moldearan al indígena a la nueva estructura que iba siendo impuesta. Los Guane eran gente de trabajo y de paz y poco afecto por la guerra o la violencia en términos generales. Chanchón y Guanentá fueron los dos caciques que más destacaron en la defensa de sus tierras y cultura pero nunca llegaron al nivel de lo que es una verdadera guerra. Todo fueron escaramuzas.” Afirmaciones de esta naturaleza, de estudiosos de los Guane, le quitan valor a la utilización de la palabra “guerreros” y a estatuas como la del parque de Floridablanca.
La comunicadora, Nelly Vecino Pico, al relatar en su minúsculo informe el contenido y distribución del Museo Arqueológico, argumenta que, “Todas las piezas están distribuidas en tres salas: la primera contiene los fósiles y piedras que son muy características de los Guane, algunas piedras la gente les tiene el nombre de enmuchiladas porque tiene la forma de la mochila cuando están tejidas con fique, dijo el párroco Daniel Carreño. La segunda sala contiene la parte antropológica de la época indígena, pero también hay elementos de la cultura Guane posterior, es decir, siglo 19 y 20. Y la tercera sala contiene todos los elementos del arte religioso, es un salón que contiene elementos que hacen parte de la historia religiosa de la población”. Le explica a sus lectores, muy superficialmente, a pesar que publicaciones de esta naturaleza sirven para hacer que los santandereanos entendamos de donde venimos y quienes somos: “Muchas piezas fueron buscadas y recolectadas por el creador del Museo el padre Isaías Durante en su permanencia como párroco, es decir, 17 años y otras aportadas por la gente”.
En su libro sobre Los Guane, “Raíz Gloriosa de Santander”, el padre Isaías dejó consignado que el Muso comenzó a funcionar, “El 15 de mayo de 1971 en una casa humilde de la población”. Fue posible comprobar que “estos terrenos del municipio de Guane son, en Colombia, de los más ricos en fragmentos de animales petrificados, que antiquísimas edades”. El sacerdote encabezaba excursiones frecuentes para recoger los fósiles. En reforma de estatutos efectuada en el año 2008, la razón social del museo comienza a llamarse “Mía”, Museo Isaías Ardila. “Se da como fecha de inicio del Museo, el 15 de mayo de 1970. En el decreto No. 19 de 1987, sancionado por monseñor Leonardo Gómez Serna, se dio aprobación canónica a los Estatutos. El diez de enero de mil novecientos ochenta y dos se trasladó a su local propio construido por la parroquia de Guane en terreno de su propiedad. Los aportes más significativos para la obra, “A nivel nacional solo consta, en informe de 1987 de un auxilio nacional de $ 100.000 y del Banco de la República , por $ 800.000, ese mismo año de ingreso por visitantes al museo se recibieron $ 240.019. El fundador en la etapa inicial con algunas asesorías para la organización y clasificación de las piezas del Museo.” El padre Ardila fue un apasionado investigador de temas históricos como lo legitiman sus varias obras sobre los Guane. “La sección antropológica. Tiene piezas casi únicas como los jaguares, son también piezas especiales el conjunto de cinco múcuras, bien conservadas y con preciosos diseños, encontradas por Matías Ortiz, en noviembre de 2007 cerca de Guane. Son invaluables testimonios de la cultura regional”. En 2006, el padre José Dolores Solano como párroco y director del Museo, construyó un nuevo salón, el tercero, y organizó la sección de arte religioso, que reúne diversos elementos de culto que en su gran mayoría han pertenecido la parroquia San Isidro de Guane durante su existencia.